05081939, Las Trece Rosas.


 El tema de este trabajo era, en esencia, la memoria histórica; en concreto, elegí los personajes históricos conocidos como Las Trece Rosas, un grupo de mujeres asesinadas al final de la guerra civil Española.

 Me interesaron especialmente sus cartas, de las cuales, se conservaron tres en mejor estado: la de Blanca Brisac Vázquez, la de Dionisia Manzanero Salas y la de Julia Conesa Conesa. Cada una afronta la muerte de una forma distinta y es por eso por lo que son tan interesantes incluso de forma individual, sin embargo, la última acaba con la frase “que mi nombre no se borre de la historia”, frase que ayudaba a entender mejor el concepto que quería tratar.

 Al tratar este marco teórico, se buscaba dejar espacio también para todas aquellas personas que no solo perdieron su vida, si no que, años y años después, siguen sin encontrar sus cuerpos; nombres sin cuerpos o cuerpos sin identificación, historias perdidas. La importancia del nombre y el recuerdo. 

 No se busca mediante esta instalación crear una polémica ni incitar al público a pensar de una forma u otra; sí se busca, sin embargo, que el público se pare un momento a recordar, pensar y reflexionar, independientemente de su punto de vista político o su posición frente al tema. 

 Por otra parte, si hubiera tenido un público infantil o juvenil, habría sido interesante llevarla a cabo de forma que resultase lo suficientemente llamativa como para incitarles a buscar más información del tema por su cuenta.



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